Domingo, me acuesto en la madrugada pero Morfeo me evita y solo duermo un par de horas. Cierro los ojos e intento caer en un sueño, profundo, pando, el que sea. pasan varios minutos y mi mente comienza a maquinar miles de situaciones. No logro dormirme y estiro la mano para alcanzar el control del televisor. Lo prendo.
Están dando una película, ni idea cual. En la escena en la que caigo salen un hombre y una mujer en un restaurante elegante. Interpretan a personajes que no deben tener más de 30 años.
El hombre con cara de satisfacción saca un regalo: una caja envuelta con una cinta, la pone sobre la mesa y la desliza hacia su acompañante. Ella, su novia, lo mira sorprendido y le pregunta “¿qué es?”. “Ábrelo” le responde este. La mujer no tiene problema alguno para abrir la caja, la cinta resulto ser un mero ornamento decorativo y el nudo se deshace al levantar la tapa de la caja.
Ahora la cámara enfoca el interior de la caja; tiene una llave. La mujer ríe de forma nerviosa y vuelve a preguntar “¿Qué es esto?”. Su acompañante, muy sabio, evita responder lo obvio: “Una llave, ¿Qué más puede ser?” y le dice con un tono de voz que evidencia un “maldita sea, algo no anda bien”, “Es la llave de mi apartamento, quiero que te vengas a vivir conmigo”
Su novia lo mira con lástima. “Lo siento no puedo” le dice mientras busca las palabras para concluir su frase. “Lo que pasa es que me gusta otra persona”. El hombre no sabe que responder, pero bueno era una de los posibles resultados de su propuesta, que le dijeran que no, igual está muy desconcertado.
La mujer, no satisfecha, decide adornar más su puñalada verbal. "Pero mira, no quiero que terminemos" Lo dice tan fácil como si le estuviera pidiendo mas hielo al mesero. El hombre se queda callado. Luego, una imagen panorámica de una ciudad es la transición que le da paso a otra escena.
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