Luego de pensar qué palabras poner en la barra de búsqueda del correo electrónico y después de varios intentos, Sánchez por fin da con el E-mail en donde encuentra el usuario para ingresar a la sucursal virtual de su entidad financiera.
Ya en la página, después de ingresar el usuario y contraseña y dar clic al botón "ingresar" le aparece la página de preguntas de seguridad "¿Cuál es el nombre de su abuelo paterno?" ¿Cuál era el sobrenombre de infancia de su hermano mayor"? No tiene idea de ninguna de las respuestas. Sabe que su abuelo se llamaba Gabriel y por alguna razón le llega a la cabeza "Toto" como posible respuesta a la segunda pregunta. Las digita pero nada ocurre. Luego de otro par de clics da con una página en la que me indican los teléfonos de atención en todo el país para restaurar el servicio de consulta en la sucursal virtual.
Al día siguiente marca y le contesta una mujer a la que le explica lo que necesita. Muy cordialmente ella le dice que si le puede ayudar, pero que primero debe hacerle unas preguntas de seguridad que requiere el procedimiento, básicamente una confirmación de datos, concluye.
Le responde "ok" pero de repente lo invade una angustia momentanea "¿y qué si por alguna razón no respondo correctamente a las preguntas que está a punto de hacerme? ¿y si uno no es quien cree ser? ¿Van a acusarme de fraude financiero dado el caso que de una respuesta incorrecta?" se pregunta.
"Sr. Sánchez, ¿ha tenido usted alguna vez una cuenta corriente en el banco Ahorro Social?"
"¿La he tenido? ¿Quién soy financieramente hablando? ¿Nos definen nuestras cuentas bancarias?"
"¿Sr. Sánchez?"? repite la mujer y arrasa con su breve monólogo interrogatorio.
"Si" responde de forma inconsciente. "No mentiras, una vez saqué un CDT con esa entidad pero nada más" "Ahh ¿entonces, no ha tenido una cuenta corriente con el Ahorro Social?" pregunta ahora la mujer, con un acento como Argentino que lo distrae momentaneamente.
Por el tono cree que es un deber tener o haber tenido una cuenta en ese banco. Después de unos segundos suelta un tímido "no".
"Ok" Sr Sánchez, responde con cariño la mujer que, al parecer, detectó su angustia en medio de la conversación.
Luego, la mujer le suelta una seguidilla de preguntas, que Sánchez, ya con confianza, responde mecánicamente.
"Gracias por su información Sr. Sánchez, en 3 horas puede volver a ingresar a la sucursal bancaria para generar unas nuevas preguntas de seguridad"
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