martes, 17 de junio de 2025

Mariana Enríquez no quería ser escritora

Cuenta Mariana Enriquez en una de sus columnas, y la parafraseo, que las ganas de escribir su primera novela no estaban fundamentadas en ningún tipo de ansia por ser escritora, ni mucho menos en el interés de publicar un libro. Tampoco porque conocía a algunos escritores, los admiraba y quería ser como ellos. La única razón que la impulsó a llevar a cabo esa empresa fue no encontrar a nadie que contara lo que le pasaba y lo que ella misma leía en los libros que compraba.

También cuenta en ese artículo que escribió esa primera novela a máquina, en un aparato pesado y que las teclas le rompían las uñas. Enriquez no pensaba publicarla. Solo necesitaba sacar de su cabeza a los personajes que no dejaban de fastidiarla día y noche. Si acaso veía la escritura en la forma del periodismo, pero solo para ser corresponsal cultural y acabar como enviada especial al festival de Glastonbury.

En ese entonces, su mejor amiga tenía una hermana mayor que acababa de publicar una biografía de un presidente argentino con Planeta y les dijo que la editorial estaba buscando textos para una colección de literatura joven. Al final, ella o su amiga le dio el manuscrito que llegó a las manos de Juan Forn. En ese momento, Enriquez tenía 21 años, no tenía ninguna formación literaria y no había tomado nunca un taller sobre el tema. Afirmaba lo siguiente: “Tenía que escribir mis obsesiones porque era una necesidad física”.

Me gustan esos escritores como Enriquez que se quitan la etiqueta de escritor, que no se amparan bajo ese halo místico y que ven su oficio como cualquier otro.

De Enriquez, en particular, me gusta que se ha preocupado en escribir sobre los temas que la obsesionan. Imagino que ella es la que le dice a los diarios: “Voy a escribir sobre esto, ¿les interesa?” O tal vez no. De pronto estoy delirando y el mercado domina todo tipo de decisiones, en fin.

Sea como sea, hablo de ella, escribo, ya me entienden, porque hace poco leí una columna que escribió sobre los Zizians, un grupo de programadores radicalizados de Silicon Valley.

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