martes, 21 de abril de 2015

Mudas provenientes de Latvia

Hoy fui a un evento por la mañana. Cuando llegué, escanee con la mirada el lugar pero no vi a nadie conocido.  Me serví una aromática, y puse cara de pensar cosas importantes mientras me la tomaba a pequeños sorbos, pues tenía casi una temperatura de vapor sobrecalentado.

Al rato vi unos sofás, diga usted, una especie de sala compuesta por cuatro, cada pareja de muebles enfrentándose. Tres estaban ocupados por una persona: Un militar, y dos mujeres.  Al llegar dije "Buenos días", el militar fue el único que respondió con algo de desgano, y una de las mujeres me miro e hizo uno de esos gestos con los que una persona no emite ningún sonido, pero que se debe entender como saludo, lo que en otras palabras yo llamo "cara de nada".

La otra mujer que estaba vestida con una chaqueta de Jean, pantalón negro y baletas, un nombre que me parece algo ridículo para unos zapatos. se encontraba completamente inmersa en su celular, no se movió ni levanto la vista.  Fijé la vista en un tatuaje de un ancla que lleva en su pie izquierdo por debajo del tobillo.  jugué con el pensamiento de que es la novia de un pirata o marinero el cual le tiene estrictamente prohibido hablar con desconocidos, seguramente estaba chateando con él.

Volteé a mirar a la La mujer "Cara de nada" quien ahora miraba al horizonte con un gesto mucho más profundo y crítico que el mio al tomarme el agua aromática.  Me habría gustado preguntarle "Perdón,  ¿En que piensa?"  pero si no respondió un simple buenos días, tal vez esa con esa pregunta me hacía acreedor a una cachetada. 

El militar dijo:"Fulanito como que se fue a desayunar".  "Cara de nada" lo miró y nuevamente su cara adoptó un leve gesto que no supe  si correspondía a un :"No me fastidie"o un  "Ok".

De pronto hay muchas  personas a las que no les gusta hablar por la mañana, una vez una jefe me contó que en su casa era una regla de oro no hablar por las mañanas; que se sentaban  a desayunar, nadie hablaba, y que miraban extraño a aquel que intentaba iniciar una conversación sobre lo que fuera.  Otra posible opción es que fueran mudas, o  que vinieran  de Latvia, o bien, una mezcla de  de estas tres opciones que planteo. 

Por fin abrieron el auditorio, me levanto y trato de imitar uno de los gestos de "Cara de nada" que espero signifique "Adios, que estén bien".  Ojalá lo hayan entendido.