miércoles, 9 de febrero de 2022

Lobotomía

La palabra llega a mi cabeza porque hace parte de la letra de una canción. ¿De qué grupo? No recuerdo. Quizá sea  Guns and Roses. Hay veces que la información de mi cerebro parece estar perfectamente ordenada y el hipocampo, aquella área encargada de generar los recuerdos, actúa a modo de bibliotecario y me los facilita para que los pueda revisar.

Otras veces, como ahora, los archivos están descuadernados y  las fechas,  imágenes, los datos, la información basura y la útil se mezclan hasta conformar una especie de masa compacta, que si se espicha por los lados comienza a desmoronarse.

Que miedo el deterioro del cerebro, en fin.

Imagino que si Hablo de esto, es debido a la hora.

Hace un rato terminé de redactar un texto, y luego de ponerle el punto final, me acordé, aparte de la palabra lobotomía, de que no había escrito para Almojábana.

Después de almuerzo intenté pensar en algún tema y no se me ocurrió nada. Después me eché en la cama para descansar 15 minutos, y luego, cuando encontré fuerzas suficientes para ponerme de pie, me ocupé de inmediato.

Les decía que debe ser la hora, es decir, me imagino que después de las 10 de la noche, el cerebro ya se está enfocado en dormir, y entonces, para tener descanso altera, a su antojo, sus fibras nerviosas.

Por eso dar con un tema sobre el cual escribir cuesta más y uno resulta escribiendo cosas de este estilo.

A la larga, todos los estímulos que recibimos a lo largo del día, los millones de mensajes que quieren alterar nuestra conducta, son una especie de lobotomía digital, que poco a poco nos va machacando el cerebro sin que nos demos cuenta.