viernes, 25 de diciembre de 2015

Percepción

Un amigo me saluda por el chat de Facebook y me pregunta que si voy a ir a una reunión programada para Enero, de la que muchos me han hablado pero a la cual no fui invitado.  Le cuento eso y me dice que no hay lío, que el organizador, otro amigo que no vemos hace muchos años, la hizo publica en su perfil.  Ese amigo fue una de las tantas personas que desaparecieron de mi cuenta,  esa época en la que "eliminé" mi perfil y borré a muchos contactos, que luego no volví a agregar.

Un par de líneas después, me dice que estuvo mirando el perfil de otro conocido y que le pareció súper aburrido.  Le pregunto que por qué y me dice que había publicado una carta para un familiar que había muerto.  termino su frase con "Sonaba como que se convirtió a alguna religión".  Decido no decir nada al respecto.  Considero que lo mejor que se puede hacer cuando se menciona ese tema en una conversación es huir o cambiarla radicalmente con cualquier tipo de comentario.  Le respondo: "La gente y sus extrañas costumbres virtuales", como si yo no hiciera parte de "La gente", en fin, hipócrita y juzgador que también es uno.

Ojalá todo lo que percibiéramos y las sensaciones que nos produce cualquier evento al que nos enfrentamos no fueran tan distintas.  Me imagino que gran parte de los líos en el mundo se deben a eso: cada uno de nosotros considera como verdad absoluta lo que percibe y cambiar nuestro punto de vista nunca se encuentra entre nuestras opciones.

El otro día estaba en un consultorio y la secretaria, de unos 25 años, tenía sintonizada una emisora de Rock/Pop en internet.  En un momento sonó la canción "You Give Love A Bad Name".  Al rato llegó la doctora y le dijo en tono despectivo "¡Uyy! cambia esa música que está muy pesada".

 ¿Pesada? ,  está señora no ha escuchado nunca a Cradle of Filth o Canibal Corpse, pensé.  De llegar a hacerlo, y si considera pesada una canción de Bon Jovi,  le podría dar un soponcio (palabra divertida esta).  

El punto es que nos iría mucho mejor si aceptaos, o por lo menos evaluamos los diferentes puntos de vista de las personas, para así no amargarnos la vida.