sábado, 6 de mayo de 2017

Olvidar

Carmenza dedicó gran parte de su vida al Psicoanálisis.  

Un día comenzó a olvidar: caras, compromisos, fechas, todo, y lo que empezó como pequeños lapsus mentales atribuibles a olvidos pasajeros que le ocurren a cualquiera, pronto se convirtió en el monstruo del Alzheimer. 

Lo que más le afecta, o eso creen sus amigos y familiares, pues nadie sabe con certeza que pensamientos se pasean por el laberinto de su mente, no es olvidar, sino ser consciente de que está enferma.

Se la pasa encerrada en su casa porque esabe que si sale sola a la calle, seguro se va a perder.  Tampoco contesta el teléfono.  El otro día Clara, una de sus mejores amigas, la visitó y le contó que la había estado llamando a lo largo del día anterior. " ¿Por qué no contestas el teléfono?" le preguntó. "Es que me da miedo no saber quién es la persona que me habla". le contestó triste.

A veces se queda mirando un punto fijo en el horizonte sin pestañear, mientras navega quien sabe en qué tipo de recuerdos; de un momento a otro regresa a su realidad desconectada.

Le gustaría poder tratar su trastorno mental con sus propios conocimientos, pero cada vez le cuesta más trabajo concentrarse.