miércoles, 25 de mayo de 2016

"No se ponga rabón que no es mi culpa"

Escuché esa frase esta noche cuando venía caminando a mi casa.  Una señora con un uniforme azul de peluquería hablaba por su celular y justo cuando pase a su lado la pronunció.

Andres Ospina, define "rabón" en su libro, el Bogotálogo, como: 
1. ". Individuo mezquino y dado a proceder de manera incorrecta."
2. " Poseído por la ira o el deseo de venganza."

Ambas definiciones  van de la mano, es decir,  una complementa a la otra. El individuo que experimenta la definición No. 1, al ser desdichado o infeliz tiende a actuar  de la manera que expone la No. 2

Lo que le dijo la señora a la persona con la que conversaba es muy cierto y algo que nos hace falta entender.  En muchas ocasiones que nos ponemos  o estamos rabones la culpa la tiene nuestra paranoia.

Sin embargo, existirán ocasiones en que si seamos los causantes de estados de raboneidad en otras personas.  Independiente de eso, lo esencial sería que uno le diga a los demás cómo y por qué son los causantes de tal estado.