lunes, 20 de enero de 2014

Improvisar

El Domingo pasado  estuve en un Concierto-homenaje que le hizo un músico a un amigo de mi familia.  Él, nuestro amigo, es médico pero al mismo tiempo le apasiona la música  y  toca el Violín.  El músico que dio el concierto, antes de comenzar el mismo, nos contó como nuestro amigo había sido un factor decisivo en su carrera, pues en cierto momento había pensado abandonar el violín y dedicarse a otro instrumento, según sus palabras, menos desagradecido.

Él médico al enterarse de esa noticia, decidió regalarle un violín hecho a mano, que había sido tocado por un gran violinista y que venía con un certificado del mismo indicando la calidad de este; al mismo tiempo le obsequió un gran número de partituras de música colombiana y discos.

Fue un concierto realmente emotivo, donde nuevamente quedo expuesto que la vida y la música no pueden ser mutuamente excluyentes. Antes de comenzar el concierto, el músico realizó un pequeño discurso, y confesó que  debía haber escrito con anterioridad las palabras que estaba a punto de decir, pero por X o Y motivo no lo hizo, confesando así su improvisación.

No recuerdo que fue lo que dijo exactamente sobre el arte de improvisar, pero utilizando una metáfora supremamente hermosa con la música, dio a entender que en medio de cualquier improvisación siempre existirá una base o fronteras  de la cuales no podemos salirnos; como esa esencia que cada uno de nosotros tiene.  Los músicos, por ejemplo, deben respetar ciertas escalas en medio de su improvisación para que el sonido en conjunto resulte armonioso.

Creo que eso es lo más interesante cuando decidimos improvisar de corazón, es decir, cuando no pretendemos engañar al público que tenemos enfrente de nosotros y nos mostramos tal cual como somos, dejando salir desde lo más profundo de nosotros y con la mayor sinceridad posible, eso que queremos regalarle al mundo.

Creo que es el momento en la historia de la humanidad en el cual debemos y podemos improvisar con gran libertad:


"A veces pienso que las personas ordenadas
y bien organizadas pasan demasiado tiempo planeando
y poco haciendo.  No me parecen de fiar"
- Memorias de un Amigo Imaginario -