jueves, 14 de enero de 2016

Todo y nada

Hace poco, no recuerdo donde, leí una frase que decía: "No entendemos nada pero hablamos de todo".  La mejor prueba de ello son las redes sociales,  vivimos indignados por todo (gobernantes, leyes, figuras publicas, política, concursos de belleza, economía, maltrato a animales, etc.) y  compartimos con el planeta esa indignación, pero esa pataleta mental,  que cargamos todos los días, solo  se queda en eso y lentamente nos va pudriendo.

¿Por qué no trascienden nuestras quejas y/o molestias? creo que eso ocurre porque nuestras acciones siempre son individuales y muy rara vez colectivas o en tracamanada (Excelente palabra esta).  Lo ideal sería que si un grupo de personas o incluso toda una nación,  comparte una insatisfacción hacia algo, protestaran  al unísono, pero eso  muy rara vez ocurre.  

En el fondo de, llámelo alma, sistema de creencias o como quiera, tenemos clavado un culto y respeto por el estado de los eventos; nos aterra el cambio y las represalias o desventajas que este pueda traer.  Así nos han programado desde pequeños,  pero de alguna forma deberíamos tratar de romper ese patrón de conducta.

Lo ideal sería que cualquier tipo de sociedad actuara como la que plantea Saramago en su Ensayo sobre la lucidez, donde la mayoría de la población decide votar en blanco; de resto seguiremos hablando de todo sin entender nada.

Me pongo a imaginar si todos abriésemos las bocas y no callásemos."
- José Saramago -