martes, 20 de octubre de 2015

Bajar los cambios

Hoy, mientras caminaba hoy devuelta a mi casa a eso de las 6:00 p.m, sonó en mi mp3 (aplausos para ese aparato que ya tiene más de 5 años y sigue dando la pelea) la canción Mailman.  Está no fue una de las canciones comerciales del  Superunknown, pero a mí me gusta mucho, así que nunca la adelanto cuando suena; al igual que Like Suicide, Limo Wreck, y Fresh Tendrils.

El punto es que Mailman es una canción que me hace frenar, es decir, me calma y siempre la escucho de manera atenta, como si tuviera un mensaje secreto que quisiera descifrar.  Hoy, Mientras lo hacia, me di cuenta que iba caminando muy rápido y pensé: "Voy a caminar más despacio que todas las personas que se encuentran a mi alrededor", así que frene y cuando arranqué a caminar nuevamente, disminuí la cadencia de mis pasos.

Por andar a toda mierda en la vida, no nos damos cuenta de muchas cosas que, aunque sencillas, seguramente nos evocaran recuerdos, y si hay recuerdos habrá emociones, y estás pueden generarnos alegría o tristeza, pero seguramente nos harán sentir, algo que también nos hace falta para salir del piloto automático en el que andamos inmersos. 

Recuerdo que, el personaje protagónico de la novela "El incidente del perro a la medianoche" sufre del síndrome de Asperger, condición que le permite admirar el mundo  de forma única:

"Y entonces miré la pared opuesta al pequeño pasaje que había a un lado
 de la casa de la señora Shears donde yo estaba sentado, y vi la tapa circular
 de una cacerola metálica muy vieja apoyada contra la pared. Y estaba 
cubierta de óxido. Y parecía la superficie de un planeta porque el óxido 
tenía la forma de países y continentes e islas. Y entonces pensé que
 nunca podría ser astronauta porque ser astronauta significa estar 
a cientos de miles de kilómetros de distancia de casa, y mi casa estaba
 ahora en Londres y eso está a unos 160 kilómetros, que es más de 1.000
veces más cerca de lo que estaría mi casa si estuviera en el espacio, 
y pensar eso me dolió."
- El Incidente del perro a la medianoche -

Entonces mientras disminuía la marcha, traté de captar la mayor cantidad de imágenes: Vi una botella pequeña de postobón en el piso que estaba desocupada. Esto me hizo acordar del accidente que me dejo el amable recordatorio,  que en cierto momento también me dejo con el sentido del gusto muy disminuido.  En ese entonces me la pasaba tomando naranja postobón, que era la única bebida que más o menos me sabía a algo.  

Después de eso, unos pasos adelante vi como un hombre esperaba a su pareja en la entrada de un edificio, miré hacia la entrada y vi como ella sonreía repleta de felicidad y corría a abrazarlo y a darle un beso lleno de amor; no como esos donde alguno de los involucrados quiere comerse la boca de la otra persona.  No hay duda que en esos besos también hay amor, pero creo que en su mayor parte se dan para marcar territorio.

Cerca a mí casa pase por un café donde tenían puesto reggaeton a un alto volumen.  Ya estoy aburrido de esos pseudorockeros  que  despotrican (excelente palabra esta) de ese género y quienes lo escuchan.  A mí no me gusta pero  ¿qué puedo hacer al respecto?, como siempre tengo dos caminos: amargarme o dejarlo ser, y me imagino que estará científicamente comprobado que la segunda nos trae beneficios.

Luego de eso me di cuenta que otra vez había acelerado el paso, tal vez esto ocurrió porque la canción que sonó después de Mailman, fue Go y su tempo me llevó a hacer eso.  Después de eso, mi mente se puso a disparar un pensamiento detrás de otro, y me salí de mi estado contemplativo.

Debemos bajar los cambios para disminuir la velocidad y disfrutar más la vida.


"Moving slow in my lowest gear"

- Walkabout -