El hombre moderno vive a merced de la tecnología. Unos simplemente están anulados por esta y otros están inmersos en la misma pretendiendo adquirir un estatus superior el cual es ficticio, pues ningún aparato electrónico hace mejor a una persona.
En un futuro lejano, es posible que las personas vayan a ser medidas en bytes debido a todo el bombo que se le está dando a la tecnología actualmente. En parte le hemos regalado nuestra identidad a un mundo virtual y ahora lo que nos define son nuestros perfiles en las redes sociales, cierto número de caracteres, el número de “amigos”, contactos o seguidores que tenemos; todas estas, cosas etéreas que cada vez nos alejan más del contacto real con las personas.
El fin de la tecnología debería ser el ayudar al ser humano, pero como somos realmente capaces de torcer las cosas que inventamos; por medio de la misma practicamos la guerra, atacamos nuestros sistemas financieros, etc.
Por otro lado el hombre “moderno” es feliz usando la tecnología, porque le da la “libertad” del anonimato y no tiene la necesidad de defender sus opiniones. Puede decir cuántas barbaridades piense y atacar a los demás porque si, porque se le da la gana, por fastidiar al otro, como ya se lo he dicho un par de veces acá, para hacerlo sentir inferior.
¿Por qué nuestros antepasados podían vivir sin tantas pendejadas a la mano? A medida que el ser humano evoluciona se va complicando la vida más y más. Yo lo invito a que se despegue un poco de toda esa tecnología que nos rodea y comparta tiempo con las personas que le interesan.