domingo, 20 de julio de 2014

Idioma

Este Sábado que pasó, me senté cerca a un grupo de personas que hablaban en inglés, compuesto por 2 hombres, al parece colombianos, y una mujer asiática.  Mientras me tomaba un café, pude captar algo de la conversación que estaban teniendo, relacionada con proyectos de educación. Lo bueno era que no tenian esos dotes de autosuficiencia y grandeza, sino más bien compartian sus anécdotas y opininones de una manera relajada, ateponiendo su amistad a los negocios.

Después de sumergirme en mí lectura, la conversación del grupo captó nuevamente mi atención, pues llegó una mujer a la que todos saludaban.  Esta era de piel blanca, ojos negros  pequeños, pómulos notables y un color de pelo entre pelirojo y mono. Iba vestida con un traje color beis (palabra rara  esta, pues no me parece que haga referencia a un color) oscuro, botas cafés que le llegaban a la rodilla, un saco claro  de igual color que el resto de su vestido, y una camisa de figuras y colores que combinaba muy bien; en resumidas cuentas la mujer llamaba la atención.  Usted sabe, de esas mujeres que inquietan más por su tumbao' que por  su belleza física.

Pues bien ella se sento y siguió la conversación con una gran sonrisa. Uno de los hombres repitió varias veces que hacia 15 años había hecho esto y lo otro; al parecer cada uno tiene una época en su vida que recuerda con mucho cariño.  La extranjera, en algún momento, dijo que a pesar que su región natal, lleva ya bastante tiempo en Auge, a ella no le importaba vivir en Colombia, y argumentó su punto de vista diciendo que ella quería que nosotros,  los colombianos, tuvieramos más confianza.  Otra frase que utilizó que también me gusto mucho, fue "Su casa es mí casa", no sé a que quizo hacer alusión con la misma, pero el acento y positivismo con el que la dijo, fue agradable.

Yo quería oir la voz de la mujer que había llegado tarde a la reunión; tal vez queriendo encontrar un defecto en todo  su conjunto armonioso (uno es así, siempre busca lo malo en cualquier situación o contexto), pero esta nada que participaba. 

En este momento pensé en el idioma.  En muchas ocasiones, al tratar con diferentes tipos de personas, es complicado que nos entiendan cual es nuestro mensaje o posición.  A pesar de esto, considero que uno debe seguir fiel a su idioma, a lo que piensa, a lo que lo mueve, y no traicionarse por querer hablar un idioma que no nos gusta o con el que poco estamos de acuerdo. Esto no deja de ser contradictorio, pues resulta igual de necesario entender y que nos entiendan.

Finalmente la mujer asiática habló sobre arepas, y la otra intervino con unas pocas líneas, lo que evidenció que tal vez su libreto, en ese momento, era más de extra que protagónico, y también que muchas veces la persona que creemos menos entiende, nos lleva una ventaja impresionante, porque domina el idioma mejor.

La voz de la mujer fue normal, pero se hizo entender.