martes, 5 de diciembre de 2023

Calor-Frío

Me despierto de un momento a otro. Siento que abro los ojos, como si alguien hubiera apagado el interruptor de mi sueño. No hay rastros de él. Imagino que debe faltar poco para que suene la alarma, así que decido mirar la hora en el celular.

3.40 a.m

¿Pero que mierdas?

Sé que lo mejor sería dar media vuelta arroparme, cerrar los ojos y esperar a que llegue el sueño. Eso hago, pero ya no tengo, el condenado se esfumó. Lo que sí tengo es un calor de los cojones que, posiblemente, es la causa por la que estoy despierto.

Hago a un lado las colcha y me tapo solo con el cubrelecho que es muy delgado, como de mentiras.

Al rato siento una corriente de frío y estornudo. ¿Será más bien esa la causa por la que estoy despierto, un chiflón que se pasea por mi cuarto a sus anchas y largas?

Vuelvo a estornudar. Vida perra, ahora me resfrié o qué?

Voy al baño a sonarme y vuelvo a sentir calor.

De vuelta en la cama pienso que la vida a veces es así, ¿cómo? Ir de un extremo a otro como si nada: calor-frío, sueño-vigilia, alegría-tristeza, vida-muerte.

Siempre estamos a un paso del abismo.