martes, 8 de marzo de 2022

Científicos descubren la mierda

“¡Váyase a la mierda!” es una expresión precisa.

No voy a entrar a discutir si está bien o mal indicarle eso alguien, pero es claro que la frase deja clara la intención: querer tener lo más alejado posible a alguien.

Motivos para eso hay miles. Imagino que, si no nos sentimos bien con la presencia de alguien, y se nos presenta la oportunidad, tenemos todo el derecho de mandarlo a la mierda.

Ahora bien, solo resta preguntarse: ¿Dónde queda la mierda?

Supongo que es el punto más lejano de todos. ¿Y dónde queda eso?

Afortunadamente la comunidad científica también se preocupa de las mismas cosas que nosotros, los simples mortales, y ha identificado el lugar más lejano del universo.

Eso gracias a un aparatejo llamado espectrómetro que se asoma como espectador, supongo, a los bordes de nuestro universo.

Esa cosa logro ubicar la galaxia más distante, y esta fue bautizada con el nombre  Z8GND5296, que me hace pensar en una columna  de un archivo inmenso de Excel.

Cabe anotar que los que bautizan galaxias necesitan una ayudita de los encargados de bautizar huracanes o virus.

No entiendo por qué los científicos no se preocupan por mirar más cerquita, en fin. Al final es verdad la frase que alguna vez le leí a Juan José Millás: “Seguimos buscando genes por dentro y galaxias por fuera”, lugares a los que nunca vamos a llegar.

Creo que podemos llegar a un acuerdo y decir que las coordenadas de esa esa nueva galaxia es ese lugar que todos podemos denominar como en la mismísima mierda

En cuanto a la frase sigo prefiriendo con la que abrí este post. “Váyase a la ZetaOchoGeEneDeCincoDosNueveSeis” resulta engorroso, y  a pesar de lo larga es muy pobre y carece de la fuerza de un insulto. 

De ahí la necesidad de acortarla para poder hacer uso de la expresión de forma fácil.