lunes, 6 de octubre de 2014

Final final, ¡no va más!

No publicaba nada acá desde el miércoles pasado.  El jueves me ocupé y llegué a mi casa justo cuando iniciaba el Viernes, lo  mismo pasó ese día.  Afortunadamente esto no quiere decir que en esos días haya dejado de escribir. 

 La semana pasada y antepasada le trabajé al cuento "Comidas Agridulces".  Este trata sobre un solterón y cuarentón, ya no quiero escribir mas palabrón, que se obsesiona con una vecina que vive en el edificio del frente; entonces sitúa la mesa al lado de la ventana, para poder espiar a esta mujer y su familia mientras comen.  De hecho Patricio, nombre que le puse al personaje, llega a considerar que son su familia.  ¿Cuánta gente con la que nos cruzamos diariamente no estará igual de tostada que ese personaje?, en fin, este no va a ser el tema de la entrada, así que tómelo como una introducción.

El sábado pasado estaba en un super mercado y vi a una vieja súper bonita.  llevaba puesta una camisa negra pegada al cuerpo de mangas largas, y encima una chaqueta de Jean. Tenía el  pelo negro largo y liso y la piel blanca; un combo que me convierte en un completo tarado.  Me quedé mirándola fijamente por un rato en la sección de verduras.  Creo que se dio cuenta y le agarro la cabeza al novio con las dos manos y le zampó un beso. Yo pasé con el carrito por el lado, y me quedé mirando como se besaban, quizas fantaseando en que yo fuera el hombre que la estaba beando.  Me di cuenta que ella tenía lo ojos abiertos y que desvió el izquierdo para seguir mi mirada; lo que me llevó a pensar tres cosas en ese momento: 1. Que le parecí el hombre más atractivo del planeta 2.  Quería dejar claro que podía mirar, pero que tenía que dejar de hacerme ilusiones y/o fantasear  con ella y 3. En algún lugar leí que es una mala señal que alguien le de un beso a su pareja con los ojos abiertos.

Digamos que ese mito tonto es el que aplica.  Siendo así, está mujer de pinta descomplicada; fácilmente puede que ya este cansada de su relación.  Así que,  cuando llegaron a la casa esa noche, le comezó a pelear a  su novio, marido, etc. porque se le olvidó comprar el tarro de palmitos franceses que tanto le gustan.

No deja de ser extraño en las relaciones de pareja; que de un momento a otro la mujer o el hombre tengan, con o sin razón, un brote de neurosis, y acaben con todo.  Después de eso es también muy extraño ver como ya ninguno de los dos soporta al otro y no pueden compartir ningún espacio juntos.  Tampoco deja de ser incomodo para las personas que conocen a los ex-novios y qué luego  tienen que tratar con los dos en un mismo espacio y/o situación.

Los hombres son de NGC 6822 y las mujeres de NGC 221 (M32)

      "La incomodidad de decirle a alguien que, en algún punto ciego de la vida, 
en algún momento crítico, como de película o novela, ha dejado de importarnos;
lo doloroso  y ridículo que es aceptar que la energía que nos recorría, por culpa del azar
 o lo que sea,  que ya no la queremos como antes, que ya nada nos impulsa a darles besos, 
que ya no nos atraen como en el principio y que mejor  sería ser amigos por teléfono."

Ricardo Silva Romero
- Relato de Navidad en La Gran Vía -