lunes, 24 de agosto de 2015

Café y pastel

El domingo pasado después de almuerzo me tomé un café en Juan Valdez.  A veces, mientras espero  el pedido , me pongo a  hojear las facturas que dejan en la barra.  

Recuerdo que hace mucho tiempo compré un libro con ejercicios de escritura creativa y uno de estos consistía en ir a un supermercado a mirar que productos echaban las personas en sus carritos de mercado y, de acuerdo a estos, uno tenía que elaborar un perfil de la persona, e imaginarse como era su vida.

Este fin de semana me acordé de eso, y por eso decidí agarrar una factura. La que cogí, la había dejado un señor que debe estar rondando los 50 años de edad.  El señor a eso de las 2 de la tarde, compró un pastel de pollo y un café late.

Para mí no deja de ser una elección extraña.  Hace mucho que no como pastel de pollo, y si me imagino que me voy a comer uno, no sé porque pienso que un jugo de mora es la bebida más apropiada para acompañarlo.  

Caigo en cuenta que nada está bien o mal y que todo depende exclusivamente del punto de vista de cada uno.  De pronto a ese señor se le hace completamente raro que yo acompañe mi capuccino con una porción de torta de zanahoria; en últimas llego a la conclusión de siempre, cada uno hace y actúa en la vida como se le de la regalada gana.

Tal vez el señor no estaba tomándose el típico café después de almuerzo, sino que ese combo era su almuerzo y ya.  También es posible que ese día su esposa lo dejó y se fue con otro.  El señor se despertó y se encontró sólo en la cama.  Cuando se levantó vio una nota en su mesa de noche escrita a mano y de afán por su esposa; que quién sabe si dentro de poco se convertirá en su ex-esposa.  En esta le decía:

"Paco, por favor no me busques.  Me fui a vivir con Santiago y no quiero volver a saber nada de ti.  Lo nuestro fue bueno hasta que tu decidiste intentar eso con lo que nunca estuve de acuerdo"  

¿Qué fue eso que hizo Paco, que nunca la convenció ? definitivamente un tema que da para escribir otro post.

Paco entonces rompió en llanto (expresión graciosa esta) y se quedó toda la mañana en la cama pensando que era lo que había hecho mal.  Su estomago le pedía a gritos (gruñidos estomacales) que por favor comiera algo. Él, a manera de auto-regaño decidió no comer nada.  

A la 1:30 p.m decidió salir a comer algo.  Se vistió sin bañarse y se puso la chaqueta gris que afortunadamente tenía capucha, ya que mientras caminó hacia el café, una lluvía que a cada minuto aumentaba en intensidad lo acompaño.  Al llegar al lugar y para hundirse más en su nostalgia y los recuerdos de su ex-esposa decidió comprar la combinación que tanto le gusta a ella: Café late con pastel de pollo.