martes, 22 de septiembre de 2020

40 palabras

Escribo un perfil cronicado, término que me acabo de inventar; una palabra-no-palabra que, estoy casi seguro, no funciona. Escribo un texto que es una mezcla entre perfil y crónica; Dejémoslo mejor en que escribo y ya está. 

Tengo el primer borrador listo, pero me faltan conocer detalles, en apariencia nimios, de la persona sobre la que trata el escrito: comida preferida, lugar favorito, hobbies, placeres culposos, etc. Aspectos que parecen no importar, pero que son los que crean un territorio en común en el que las personas se sienten cómodas. 

Abro el WhatsApp, redacto un par de preguntas y llas envío para tener esa información, confiado en que no me van a responder pronto, pero en pocos minutos ya tengo una respuesta. Doy las gracias, al tiempo que menciono que la información  es suficiente, pero que en caso contrario  volvería a hacer más preguntas. Me dicen que no hay problema. 

Pego la nueva información en el texto: alrededor de 40 palabras que conforman dos líneas. Pienso que es una tarea fácil, y que no me voy a demorar más de dos minutos en redactar esa nueva porción de texto. 

Y así es, lo redacto rápido y le pongo el punto aparte al párrafo, confiado en que quedó potente. Lo leo, pero no tardo en detectar que está cojo, que entre algunas de sus palabras hay abismos en los cuáles el significado cayó al vacío. 

Le hago unos cambios superficiales, como de maquillaje. Luego, lo leo y vuelvo a leer, hasta que casi me lo sé de memoria y, en ocasiones, me suena bien, pero en otras me parece la peor frase que alguien ha escrito en toda la historia de la humanidad. 

Copio lo nuevo que redacte abajo y comienzo a cortar acá, alargar allí, el punto, la coma, que no se me escape esa tilde que le da sentido a todo, pero no pasa nada. El nuevo párrafo está herido de gravedad, así que decido no prolongar su sufrimiento, y lo borro para redactarlo de nuevo. 

El minuto, o dos, que pensé me iba a demorar, se convirtieron en 40. Al final, creo, logro un párrafo decente. Quizá no lleva frac, pero tiene la camisa metida dentro del pantalón.