lunes, 2 de marzo de 2015

Final final no va más


Hace unas dos semanas, mientras me tomaba un café, se sentaron en la mesa de enfrente un hombre y una mujer.  Esta última era algo canosa, tenía unas gafas  de marco grueso negro, y de igual color su pantalón y saco; pensé que tenía una pinta apropiada para un velorio.  El hombre llevaba un pantalón de dril y una camisa azul clara.


"¿Qué no se arregla con diálogo?" le pregunto la mujer al hombre.  "lo más importante es hablar con ella y hacerle caer en cuenta que los niños son los que sufren, al ver a sus padres enfrentados como 2 leones.


La conversación no podía tener otro tema que el divorcio, algo que, independiente de que se tengan hijos o no, resulta engorroso.  La mujer no paraba de aconsejar al hombre: "Lo mejor es que le hagas caer en cuenta de eso, ¿Crees que puedes hacerlo?


Cuando terminó esa pregunta, y por el tono en que la hizo, me di cuenta que la mujer más que amiga era su abogada.  "Una amiga que se separó hace 12 años todavía no ha solucionado la situación con su ex", le dijo, para reforzar su última pregunta.


 El hombre, que solo parecía escuchar a su abogada, de un momento a otro, le preguntó:” ¿Pero cómo  consiguió ella la clave del correo?" La mujer se limitó a responderle: "Es que las madres somos muy sagaces" y continuó con la exposición de sus puntos de vista:


"Ella puede estar tramando hacer muchas cosas, y quien sabe cuál sea la que piensa hacer.  Si ella demuestra que no puede sustentarse por sus propios medios, es posible que te demande por alimentos.   ¿Cuál es realmente la diferencia de los 500 millones que te pide?


Terrible que cambiemos tanto y que de un momento a otro no podamos ver a esa persona, hombre o mujer,  que pensamos querer mucho en algún momento.  Todo tiene que tener un fin, excepto las salchichas que tienen dos, lástima que todo tenga que ser tan dramático mientras este llega .