miércoles, 20 de diciembre de 2017

¿Qué más de nuevo?

“Todo muy bien gracias”

Es lo primero que dice Melisa Segura luego del saludo, una frase robótica, con la que espera prender la chispa de la conversación, pero no por mucho tiempo. “Hay conversaciones que deberían morir con el saludo”, piensa.

Espera que la que sostiene sea una de esas. Había dejado que el teléfono diera varios timbrazos, hasta que pensó: “¿Y si es algo importante?”, pero sabía que no, nunca es así, que las noticias de vida o muerte rara vez se dan por teléfono.

“Ahh ya…” respondió la voz al otro lado; luego una pausa incomoda, ¿de cuánto tiempo?. ¿5, 10 segundos? Quería colgar pero le daba pena hacer eso con su interlocutor. “La pena” pensó, “Deberíamos tener las agallas para cortar las conversaciones que no van para ningún lado”. 

“¿Y qué tal la familia?, ¿Qué más de nuevo?” 

Qué más de nuevo, la familia, el trabajo, la política, y así sucesivamente, un remolino de temas que nos traga de un momento a otro y que, sin darnos cuenta, nos obligan a hablar como si no tuviéramos alma, piensa Melisa. 

“Todo muy bien, gracias” repite con un dejo de cansancio en la voz” Otra vez silencio. 

“Y, Qué más de nuevo por allá?

Le gustaría conocer más a la persona qué está al otro lado, saber que le duele de la vida, cuáles son sus aspiraciones, sus miedos, qué le gusta, qué aborrece, pero al otro solo le interesa saber qué hay de nuevo. A Melisa también le gustaría conocer todo lo nuevo y enumerarlo, armar grupos y categorías y, por supuesto, decírselo.

Sabe que no todos pueden ser como ella, y no es que lo le interese hablar pendejadas y reírse con ellas, pero siente que envejece más rapido con cada  conversación rutinaria que sostiene.

Melisa quiere que sea más preciso, “nuevas muchas cosas” piensa, pero el aburrimiento la obliga a rayar el disco.

“Todo bien”

El hombre, al parecer, capta su tedio, pero hace un nuevo intento, sólo por si acaso: “ ¿Y, nada nuevo?” 

Melisa Calla, siente que le puede llegar la muerte mientras el silencio la ocupa, pero no le importa.

“Bueno, yo vuelvo a llamar luego”
“Chao”
“Chao”