martes, 30 de octubre de 2018

Mensaje de despedida

HELP!”, es el mensaje de una amiga, que me encuentro apenas prendo el teléfono. Mi nivel de fantasía que, recordemos, según mi prueba de personalidad está por los aires, me hace creer que se encuentra en una situación complicada: la secuestraron y logró enviar ese mensaje desde el baúl de un carro aparcado en un terreno baldío, en las afueras de la ciudad. 

Le escribo de inmediato, pues con cada segundo que pasa, su vida entra peligro. Después de mi saludo, alguien comienza a escribir, ¿será alguno de sus captores el que lo hace? 



“Jajajaja”, escribe. “Mucho cínico”, pienso. 


“Ya no. Necesitaba de tu asesoría escriturística”. Con este mensaje la fantasía se me derrumba, ya sé que es mi amiga y que está bien. Continúa escribiendo: “Renuncié a mi trabajo y no sabía que escribir en el mail de despedida. Me salió otra cosa—imagino que se refiere a otro trabajo—…empiezo el lunes y pues trabajo hasta hoy”. 

Después de felicitarla, le respondo que lo único que se me ocurre para el mensaje, por el momento, es: “Hasta nunca perros”, y me responde que ella había pensado en: “Suerte y muerte”, un clásico que nunca perderá vigencia. 

Muchos de los que abandonan una empresa, si no les han desactivado el correo, dejan en esos mensajes, aparte de un agradecimiento infinito, todos sus datos de contacto por si en el futuro alguien los necesita para algo, lo que sea, desde ir a tomarse una cerveza hasta pedirles plata prestada, o por si necesitan un consejo, yo que sé; además de desear infinidad de éxitos para los futuros proyectos de sus ex-compañeros, de quienes, si acaso, les interesará la vida de solo un par de ellos; claro que una vez una mujer de una de las empresas en la que trabajé, más o menos le hecho la madre a medio mundo en su mensaje de despedida, y se desahogó y botó todo lo que tenía atorado y que nunca había tenido el valor, ni la oportunidad de decir, en fin.

Y es que hay despedidas de despedidas, como la de Lopetegui: “Tras la decisión adoptada por la junta del Real Madrid en el día de hoy, quiero agradecer al club la oportunidad que me brindó”, en la que luego le da las gracias a los jugadores, hinchas y todo los involucrados con el equipo. Un mensaje muy sucinto; se nota que Lopetegui, en un futuro, no quiere que le pidan plata prestada. 

La verdad es que si a mí me echan de un trabajo, pero me van a dar 18 millones de euros a mí salida, cláusula que le aseguró el presidente del equipo a Lopetegui, si no podía pagarle el sueldo de 3 millones anuales hasta el año 2021; le escribiría un poema de despedida a cada uno de mis ex-compañeros; poemas sencillos, tipo: “Suerte y muerte”.