domingo, 27 de mayo de 2018

El mejor escrito


Se supone que iba a ser este, pero ya no. Ayer, en un duermevela febril y delirioso, y mientras navegaba la frontera que separa los mares de la vigilia y el subconsciente, quizá con algunos  tintes de fiebre a causa de una gripa;  se me apareció una idea en la cabeza. 

No recuerdo de qué trataba o qué me sugería, pero estoy casi seguro de que habría dado pie al mejor escrito de la historia de la humanidad. Digo esto porque recuerdo la fuerza con la que irrumpió y la sensación que me dejó, y como, al instante, y durante pocos segundos, empecé a asociar ideas, a atar cabos entre temas que, parece, no tienen nada que ver, aunque bien sabemos que todo tiene que ver con todo, pero nos cuesta aceptarlo. 

El error, siempre los hay, es que dejé pasar la oportunidad, es decir, no la anoté y dejé que, junto a muchas otras, la gran idea cayera a los abismos de la mente. 

Pensé que al escribir sobre el tema la iba a resucitar (supongo que del golpe, producto de su caída libre, quedo muerta) pero no fue así. Solo queda esa placentera sensación que nos dejan esos fogonazos mentales tan escasos, en los que la vida cobra sentido, en los que, por un segundo, entendemos cuál es nuestro papel en esta extraña existencia.