miércoles, 26 de agosto de 2015

Opinión

Ayer en una conversación, alguien tocó el tema de la importancia de ser auténtico.  El tema se fue desenredando y en un momento, como por arte de magia, resultamos hablando sobre las opiniones. Alguien entonces dijo que opinar no sirve para un carajo, pues siempre que lanzamos una opinión, no queremos actuar ni experimentar las  situaciones, sino que botamos ideas, descabelladas o no, desde esa comoda trinchera que llamamos opinión.

Entonces parece ser que la opinión no es otra cosa que el acto de juzgar disfrazado.  Yo me pregunte  mentalmente y luego les lancé la siguiente pregunta ¿Y entonces las columnas de opinión qué? una persona contesto "Las columnas de opinión no sirven para nada".  Según ella, lo único que hacen los columnistas de opinión es descargar toa la bilis en sus palabras, pero que de constructivas tienen muy poco.  No sé quizas esa sea la razón de ser de ese tipo de escrito  ¿no? armar tierrero y ya.  Tal vez por eso es que la gente deja despilfarra tanto odio en los comentarios de las noticias y foros virtuales.

La verdad es algo muy jodido, porque uno se la pasa opinando a todo momento.  Tal vez por eso es que  que las historias captan mucho mejor la atención de las personas, porque al momento de enfrentarnos ante una narración, cada quien la interpreta como mejor le parezca y tendrá un mayor o menor significado, dependiendo de la forma en que se conecte cada individuo con la historia.  De todos modos no deja de ser un tema  raro, porque, por ejemplo,  esto que acabo de escribir no deja de ser una opinión, ¿cierto?.