martes, 1 de noviembre de 2016

Fantasmas

Hace tiempo  un amigo desapareció de un momento a otro.  Lo busqué un par de veces pero nunca logré establecer contacto con él, hasta que me aburrí y dejé de llamarlo.

Un día me lo encontré cerca a mí casa.  Tenía una entrevista de trabajo por el sector y me saludo como si nada.  En medio de la charla, le pregunté que si algo le había molestado, qué se yo, quién sabe a cuantas personas ofendemos con micro-actitudes a las que no le damos ninguna importancia.

Se rió y me aseguró que no, que había estado muy ocupado pero nunca supe en qué, No habló sobre sus asuntos en esa ocasión.  Nuestra charla, más bien sonsa y repleta de lugares comunes, sólo duro unos minutos y quedamos de tomarnos unas  cervezas el siguiente fin de semana.  Nunca apareció,  sin pena ni gloria se convirtió en un fantasma.

A veces me pregunto en qué andará y si en algún momento tuvo problemas; en resumidas cuentas que fue lo que lo obligo a no volver a hablar conmigo. No es algo que me quite el sueño sino simple y mera curiosidad.

 No es es raro que las personas entren y salgan de nuestras vidas. Resulta imposible saber cuantas de las que frecuentamos, a futuro, se van a materializar por completo o a convertir en fantasmas.