miércoles, 14 de agosto de 2013

Ser Otro

A veces nos da la lloradera y renegamos de todas nuestras “desgracias” y de lo desafortunadas que creemos resultan ser nuestras vidas; sin darnos cuenta que lo que nos ocurre son meras estupideces al compararlas con lo que pueden estar viviendo otras personas.

Ayer al bus en el que me devolvía para la casa, se subió un tipo empapado a vender unos dulces. A mí no me gusta comprar cosas en los buses porque siempre pienso que el paquete del que están ofreciendo los productos puede llevar años abierto; tal vez por ser asquiento es que uno se enferma por pendejadas y no desarrolla el bien llamado “estomago de gamín”.

En ese momento pensé “pobre tipo, le toca subirse a intentar vender algo y encontrarse con gente que lo mira despectivamente y con fastidio”. Entonces si usted se fija, uno a veces sueña con tener muchas cosas o cambiar varios aspectos actuales de nuestras vidas (siempre esperando que el cambio ocurra por sí solo y no haciendo ni el más mínimo esfuerzo por generarlo). Parece ser entonces que entre más tengamos, más inconformes nos encontraremos. Somos la raza más extraña, mártir y llorona del universo creo yo. 

Si usted se fija a veces uno desearía ser otra persona, pero no se da cuenta de lo mucho que otros desean ser uno, o más bien, gozar de por lo menos uno de lo privilegios que muchos tenemos.

A mí sí me habría gustado ser otra persona, por ejemplo me habría gustado ser uno de los chinos que salen detrás de Dave abbruzzese, en el unplugged de Pearl Jam, gozándose even flow.