Una vez al son de unas cervezas, un amigo me insinuó que debería esforzarme por tener más experiencias, es decir, vivir más. Lo que quería decir, o bueno, lo que entendí, es que debería arriesgarme más e intentar vivir todo tipo de eventos o situaciones.
“¿Se imagina todo lo que podría escribir?”, me pregunto.
Sí, seguro muchísimas historias, pero no estoy de acuerdo que para escribir toque vivir de cerca las miserias del ser humano.
Recuerdo que una vez leí sobre un escritor que se se metió en una cárcel para escribir sobre la experiencia. Imagino que el texto que logró es quizá más preciso que una pieza de ficción sobre el mismo tema, pero pues no me veo haciendo cosas de ese estilo.
Flojo, poco escritor o no sé, pero así son las cosas.
Este tema llega a mi cabeza por Todas las familias felices, un ensayo de Ursula K le Guin. Cuenta la escritora que un día en el que quería escribir una historia y no se le ocurría ninguna, se puso a pensar en las primeras líneas de Ana Karenina, ya saben:”Todas las familias felices se parecen unas a otras, pero cada familia infeliz lo es a su manera”.
Quién sabe cuántas veces se habrán citado esas palabras como verdad absoluta y genialidad del escritor ruso. Muchas personas han escrito sobre el tema, incluso yo las he mencionado un par de veces en este blog.
Le Guin dice que antes de ser vieja era muy respetuosa para disentir de Tolstói, pero que ya con más de 60 años se le atrofió la facultad del respeto.
Entonces se pregunta: “Esas familias felices de las que habla Tolstói tan confiado, para descartarlas por parecidas, ¿dónde están? ¿Eran mucho más comunes en el siglo XX? ¿Conocía el escritor una gran cantidad de familias felices entre la nobleza rusa, o la clase media, o el campesinado, todas ellas parecidas?”
Es un ensayo extenso, pero el punto de la escritora es el siguiente:
¿Por ser tan parecidas las familias felices, entonces toca escribir sobre las desdichadas y llenas de conflicto? ¿Es la felicidad fácil, poco profunda y ordinaria que no aplica como tema de una novela, a diferencia de la desdicha que es tan compleja, profunda y difícil de definir?
Es tonto pensar que no se pueda escribir sobre familias felices, signifique lo que eso signifique, y que no encierran historias. Historias felices precisamente.