domingo, 1 de abril de 2018

ERROR 404 NOT FOUND

A veces, cuando mis niveles de amargura son elevados, me indigno con lo que algunas personas postean en sus redes sociales. Es una actitud casi instantánea: despotrico de él porque se chequea en algún lugar, de ella porque le toma fotos a platos de comida, de ese(a) que no tengo idea quién es pues, considero, publica puras pendejadas. Otras veces, la actitud no solo se presenta en el mundo virtual.

No me gusta caer en ese estado. Se me ocurre que el acto de juzgar abre una rendija en nosotros, por la que se comienzan a colar sentimientos desagradables: odio, tristeza, rabia, etc. que nos joden la cabeza y la habilidad para entender, de forma sincera, lo que ocurre a nuestro alrededor

Una vez estaba almorzando con una buena amiga y comenzó a hablar mal de alguien o de algo y yo le dije que no juzgara. Me mando a comer mierda y me dijo que todo el mundo lo hace, que es nuestra programación por defecto y que para qué iba a ponerse a gastar energías suprimiendo esa actitud. No recuerdo cual fue el argumento de su respuesta, pero preferí callar y al rato cambiamos de tema. 

¿Será verdad eso? ¿Tenemos la batalla contra el juzgamiento perdida?  ¿Será que cuando nuestra mente no acepta como nos sentimos, algo que vemos y/o escuchamos; eso que atenta contra nuestra “verdad”,  la cabeza simplemente actúa como un navegador de Internet que no encuentra una página y caemos en un error de “not found”? 

Imagino que juzgamos porque nos sentimos perdidos al no entender por qué las personas actúan de determinada manera. Desubicados y todo seguimos juzgando, para nunca poder encontrarnos.