domingo, 19 de abril de 2015

¿A qué le sabe la música?

Siempre me ha fascinado la sinestesia, y aquellos que sufren o disfrutan el ser sinestésicos. Con sufrir me refiero a que, en ocasiones, no debe ser fácil interpretar el mundo de forma única y no tener con quien discutir esas experiencias de percepción, y disfrutar, ya que creo que es una cualidad que debe imprimir alegría, al relacionarlo todo con colores, tonos, sabores e intensidades.

Por otro lado, es  una palabra que me gusta mucho, al ser  muy sonora, y cobrar aun más fuerza al conjugarse y convertirse en una fiesta de sílabas, consonantes y vocales.

Hoy leí un artículo de un sinestésico quién afirma:  "La música que escucho se traduce en un flujo de texturas y colores, que se presentan desde escuchar el nombre de una persona hasta oír una canción de Led Zeppelin".

De pronto todo anda patas arriba en nuestro planeta porque presentamos una deficiencia absoluta al momento de percibir cualquier acontecimiento, cosa, persona,sentimiento, etc.  Tal vez lo único que nos falta es abrirnos más, y percibir todo lo que día a día nos agobia o da alegría desde una perspectiva diferente, una vez  nos sentimos incómodos con nuestro punto de vista, que tanto nos cuesta cambiar. 

Espero algún día  poder oler sonidos, saborear superficies o asociarle números a los colores. Ser "normales" y percibir el mundo como normalmente lo hacemos parece que sólo contribuye a que este siga yendo  en picada.