miércoles, 21 de septiembre de 2022

De madrugada

Se despierta a eso de las 3 de la mañana por primera vez. Luego intenta dormirse, pero cuando lo logra, al rato vuelve a despertarse. Es como si algo no la dejara dormir. Se la pasa en ese estado de duermevela hasta las 5 de la mañana, hora en la que decide prender el televisor y de entre los muchos canales de cable que tiene, le da por sintonizar uno de noticias. Mala decisión, pues al rato se llena de angustia porque todas las que transmiten son malas, dan indicios de que el mundo va en picada y resulta extraño que aún funcione envuelto en tanto caos.

“A dormir donde la trasnocharon mija”, le dice Julieta apenas ve su cara de sueño cuando llega a la oficina.

“No me jodas Juli”, le contesta Margarita y le cuenta lo sucedido en la madrugada.

Ten cuidado, ¿No has oído que esa es la hora del diablo?

“ ¿La qué?”, pregunta Margarita.

“También le dicen la hora del muerto”, le responde Julieta. “Una franja de tiempo de mucha actividad paranormal, donde los espíritus malignos aprovechan para poseer a las personas.

“ ¿Dónde aprendes tantas pendejadas Juli?”

“Bueno, ojalá no tenga que ir a sacarte de tu cama con un cura, un crucifijo y agua bendita. ¿A qué hora te despertaste?”

“¿Y eso qué importa?"

“Claro que importa, si fue a las 3:33 tienes que preocuparte”

“La verdad no miré el reloj”

Margarita es escéptica ante esos temas, pero a su firme postura siempre le queda abierta una rendija por donde se le cuela la duda ¿Y si es cierto?, piensa.

“Pues nada a mis 35 años de edad ningún espíritu va a venir a joderme”, le dice a su amiga. "Que me tengan miedo ellos a mí."

Más tarde cuando salen de la oficina, su amiga, con cara de preocupación, le dice que la llame si necesita algo”.

Margarita solo ríe para disimular su nerviosismo. Luego pasa por una droguería compra un frasquito de vidrio y luego entra a una capilla, va a una pila que se supone tiene agua bendita. Introduce el frasquito en ella y lo llena hasta el tope.

Luego se sienta, reza un poco y abandona el lugar.

Por la noche deja el frasquito al lado de la almohada y luego de ver televisión cae fundida. No sabemos si el episodio se vuelve a repetir esa noche o no. 

Pero ya sabe, querido lector, si se llega a despertar en la madrugada,  tiene la valentía de mirar el reloj y este marca las 3:33, tal vez debería preocuparse.