martes, 25 de abril de 2017

Mosquito

A Mario Alcántara siempre le han dicho que todo tiene un final, excepto las salchichas que tienen dos, que todo nace y muere, que es la ley de la vida y que no tiene sentido alguno el intentar descifrar ese gran misterio de la muerte en cualquiera de sus presentaciones. 

Las relaciones entre las personas también tienen su fin. “Hasta que la muerte los separe” vaticinan los curas al casar una pareja. Pero no solo los nexos sentimentales se acaban, sino también los de amistad, pues esta, a veces, entra en coma, permanece así por un periodo indefinido, o muere. 

Alcántara, como todos, ha experimentado la muerte de diferentes maneras. Hoy, sentado en un café y mientras bebe una cerveza, intenta reflexionar sobre la muerte de su amistad con Camila Caprino. 

¿Hablaban? si, ¿cada cuánto? Nunca llevó la estadística. ¿Habrá sido suficiente?, ¿en qué se mide la amistad?, ¿en charlas, tiempo al lado de la otra persona, prestamos de dinero, favores, mensajes, cartas, borracheras juntos, salidas, consejos?, ¿qué la conserva?

Le cuesta entenderlo. Repasa sus últimos encuentros, las frases que utilizó en las conversaciones, pero tiene mala memoria, se inventa la mayoría de sus recuerdos y los llena de frases brillantes que sabe, no sería capaz de pronunciar hablando normalmente.

Calcula que a su Birra Moreti, la cerveza, a lo sumo le quedan dos sorbos. Cuando se sentó a tomarla juró no dedicarle más tiempo al asunto de la Caprino, que lo que le durara la bebida, por lo menos por hoy. Detesta echarle tiza a los asuntos.

Un mosquito diminuto aterriza sobre la mesa. Es la señal que estaba esperando. Concluye que cuando las personas cambian tanto, sin razón aparente, de un momento a otro, de la noche a la mañana (muerte y nacimiento, otra vez) se debe a la picadura de un mosquito. 

Está claro que la comunidad científica aún no lo ha descubierto, tienen cosas más importantes por investigar que las rarezas en nuestras conductas, el caso es que dicho mosquito, que Alcántara imagina no más grande que una mota de polvo, pica a las personas y les afecta su sentido de la amistad. 

Decide, por el momento, llamarlo: el mosquito de la extrañeza. 

It's a funny word 'friends'
You get beginnings and you got ends
I guess I'll see you when we're ashes again"