miércoles, 2 de febrero de 2022

Simón y los astros

Entre mis habilidades que no sirven para nada, se encuentra la de quedarme despierto así este cansado.

En dichas ocasiones y para permanecer en el territorio de la vigilia, prendo el televisor, me pongo a mirar el celular o a leer.

Hace unos días me ocurrió eso, y opté por la primera opción. Empecé a canalear y caí en “Contacto Astral”, ese programa en el que las personas llaman a preguntar por su futuro y el vidente o presentador les dice qué es lo que les va a pasar y qué acciones deben tomar.

El hombre dice llamarse Simón y la frase para los que caemos en su transmisión es: “Hola, soy Simón y los astros”.

Luego dice “La felicidad, el amor y tu pareja ideal tocan a tu puerta”.

Le bajo el volumen al televisor, y guardo silencio, pero no escucho ningún llamado. Simón no especifica cuál puerta, si la del cuarto o la de la casa.

De pronto sería bueno que diera un rango de fechas en las que ese glorioso evento puede ocurrir; así uno está atento para no dejar pasar la oportunidad. La vida, creo, muchas veces se trata de eso, de no dejar pasar las oportunidades, en fin.

A simón le entra la llamada de una mujer que le pregunta por su vida sentimental y cómo mejorarla. Después de escucharla, parece que los astros le dictan telepáticamente lo que tiene que responder porque, casi de inmediato, contesta lo siguiente: “Debes hacerte una infusión de romero, inojo y tomino, luego te bañas un Domingo y lees el salmo 91.

Luego le dice que prenda un velón negro de sal porque acelera los procesos, y algo de que la parafina purifica los estados energéticos. Además, le indica que debe atar el manojo de romero con un hilo rojo, pues eso le ayuda a que se vuelva receptiva al dinero.

Me asombra como Simón y los astros sabe qué es lo que debe hacer la mujer, con  tan solo  escuchar su voz por teléfono.

Simón acaba la llamada y pasan un comercial en donde una voz pregunta: “¿Sientes que tu pareja te engaña?…Nosotros te encontramos a tu alma gemela”, concluye.

Apagó el televisor  para dejar a Simón con sus astros dondequiera que este.