martes, 28 de diciembre de 2021

2 horas

Ese es el tiempo de lectura que me queda para terminar El infinito en un junco, ese gran homenaje de Irene Vallejo a los libros y la literatura. Caí en él porque Millás lo mencionó en un artículo, y lo comencé a leer En noviembre de 2020, junto con la novela A Corazón abierto de Elvira Lindo.

Comencé con un buen ritmo, pero a ratos me parecía una lectura pesada; entonces, a veces, no lo volvía a tocar en días o semanas.

Pienso que es uno de esos libros que no se deben leer de un tirón, sino más bien de a pequeños sorbos de lectura; por eso me acompaño en varias salas de espera durante todo este año.

Me parece que tiene unos segmentos bellísimos, pero mis ganas de consumir historias, digamos, continuas, son más grandes y por eso recaía en la lectura de novelas, y lo relegaba para después.

Ocurre lo de siempre: Se lee por puro placer y no por alimentar una estadística de libros leídos al año. Con este y por el tema que trata, sentí que no debía abandonarlo y terminarlo sin importar cuánto tiempo me tomara hacerlo, pues al final también se lee con la frecuencia en que uno le de la gana; el fin es leer y ya está.

Me propuse aprovechar estos días entre navidad y año nuevo, tan silenciosos y extraños, para terminar de leerlo.

Hoy me desperté temprano, fui a la cocina, me preparé algo de desayuno, luego volví al cuarto y me metí de nuevo en la cama y me puse a leer, pero después de dos capítulos los ojos se me comenzaron a cerrar, así que di media vuelta y caí primero en un duermevela, que luego dio paso a un sueño profundo.

Más tarde, con energías renovadas, producto de una ducha con agua fría, pues el calentador de agua se dañó hace una semana, volví a su lectura. Subí la persiana para dejar que unos rayos de luz se estrellaran contra la cama me recosté boca abajo y logré entrar en un flujo de lectura sin distracciones.

“Leer es siempre un traslado, un viaje, un irse para encontrarse. 
Leer, aun siendo un acto comúnmente sedentario, nos vuelve a 
nuestra condición de nómadas, Antonio Basanta"
- El infinito en un junco -