viernes, 14 de julio de 2017

Dejarse morir

El escritor Sam Savage debutó a los 65 años con la novela “Firmin, las aventuras de una escoria metropolitana”, obra en la que pensó que su personaje principal iba a ser un escritor fracasado y al comenzar a escribirla, cayó en cuenta que era la voz de una rata. 

Savage cuenta que toda su vida había escrito: poemas, historias, y algunos intentos de novelas, pero a sus 55 años no estaba contento con el resultado y decidió renunciar de forma total y sincera a todo, a la larga, morir de cierta manera, pues ¿qué más puede significar para alguien abandonar deliberadamente lo que más le gusta hacer en la vida?

Los budistas le llaman a eso “La gran muerte”, un momento de total desesperación, previo a la iluminación. Es como intentar cambiar el mantra motivacional de: “Sigue adelante, no pares, tú puedes” tan trillado hoy en día, y rendirse ante la situación, cualquiera que sea, evitando en el acto el sentimiento de fracaso; algo que la verdad suena supremamente complejo, e imagino que sólo lo logran aquellas personas con una alta inteligencia emocional.

Savage lo logró. Y su “gran muerte” le duró cinco años. Al superarla, o renacer, que suena a cliché, la saco del estadio con Firmin, y a la fecha lleva escritas más de tres novelas.

Todo este tema tal vez tenga mucho que ver con la frase “Kill your darlings” (Mata tus amores) que consiste en despojarnos, sin dar muchos rodeos, de esas ideas que creemos van a ser nuestro “Firmin”. 

Parece que dejarse morir resulta conveniente en ciertas ocasiones.