jueves, 14 de mayo de 2015

Disparo Único

En esa época donde era toda una novedad tener entena parabólica, en mi edificio pusieron una a la que le entraban pocos canales; entre esos estaban: El disney Channel, Cinemax, y un canal de Chicago, al cual en un principio no le puse mucha atención, hasta que me vi unos playoffs de los Chicago Bulls con Michael Jordan.

En una de las finales contra los Utah Jazz, mientras estos atacaban a los Bulls, John Stockton, el armador del equipo se la paso a Carl Malone, un hombre muy grande, que jugaba de poste y era una pieza fundamental del equipo.  En el momento en que Malone, de espaldas al aro, recibe el pase, le hacen doble marcaje entre Rodman y Jordan, y este último le quita el balón de las manos de un manotazo.

Después de esta jugada, supongo que uno de los entrenadores  pidió tiempo. Los Bulls sacan y le pasan el balón a Michael Jordan. Su equipo iba perdiendo por un punto, y faltaban 16 segundos para que se acabara el partido.

Faltando 12 segundos,  Jordan estaba driblando el balón un poco adelante de la línea de tiro libre con un jugador de Utah que más que marcarlo parecía su sombra. Jordan arranca a correr hacia la derecha, frena en seco y el otro jugador sigue derecho, al no poder contrarrestar su momento. 

Quedan 10 segundos.  Jordan, ya sin marca, mira el aro fijamente, salta y lanza, dos movimientos que parecen uno. Deja el brazo derecho extendido mientras mira como el balón realiza una trayectoria parabólica perfecta y e ingresa en el aro. 
       
En esa ocasión Los Bulls ganaron 87-86.

Jordan sabía que solo contaba con un disparo para ganar el partido; el punto es  ¿Cómo saber que solo contamos con un disparo para tomar una oportunidad única?: decirle a alguien que nos gusta, abandonar un trabajo, viajar, para lo que sea. 

Indiscutiblemente nunca sabremos cuando nuestro chance de hacer algo va a ser único, y vamos por ahí desperdiciando disparos únicos; momentos donde todas las variables necesarias se combinaron para que estos fueran posibles.  Como leí hace poco en algún lado, el problema es que creemos tener tiempo.

Yo creo que en esos últimos segundos del partido, a Jordan se le cruzó por la cabeza una imagen donde se resbalaba o fallaba el tiro, pero las ganas de jugar lo mejor posible y lanzar  a toda costa, superaban cualquier miedo que pudiera tener.

No debemos pensarlo dos veces al momento de aprovechar esos disparos únicos.  Esta claro que es complicado ser el Michael Jordan en lo que sea que hagamos, pero debemos apostarle más a la actitud y menos a la perfección.