martes, 10 de junio de 2014

Pequeñeces y agüeros

Está claro que cuando crecemos dejamos de ser niños; pero algo que falsamente intenta vender la adultez es que toca ser serio y comportarse  de acuerdo una profesión o un cargo, por simple código social, porque está mal visto divertirse como un niño pequeño.   Deberíamos más bien hacerle caso a lo que dice la canción Never Die de Creed :


"So let the children play inside your heart always and 
death you will defy 'cause your youth will never die"

Yo trato en lo posible de alegrarme con pequeñeces, y tengo otra serie de agüeros que considero de buena suerte:

Hoy por ejemplo me puse muy contento porque me compre un esfero negro de gel que escribe muy chévere y hacía rato que estaba buscando uno, cabe anotar también que una de mis especialidades es botar esferos.

Me considero muy afortunado cuando voy a un restaurante por primera vez y el plato que pido resulta completamente exquisito.  Esto logra reforzarse cuando a alguna de las personas con las que estoy no le gusta lo que pidio.  Yo sé que es  alegrarse un poco de la desgracia ajena; no suelo hacer eso, pero en ese espacio y ambiente es algo que considero viable.

Creo que es un buen agüero cuando llego a algún lugar o me bajo de un bus y la canción que voy escuchando termina exactamente en dicho momento.

Cuando pido una galleta o algún producto en una panadería y justo solo queda una, como si el destino la hubiera guardado solo para mi.

Cuando el Dios del Shuffle me concedé una canción que considero buena, me alegra el día y que hacía mucho rato no escuchaba, como me  ocurrió hoy con Getting Tighter.

Cuando descubro un nuevo lugar donde vendan un buen capuccino. 

Cuando leo una novela que escogí basándome únicamente en la portada y leyendo la contraportada, como "El hombre que Murió la Víspera".

De estas pequeñeces y agüeros son de los que me acuerdo por el momento  ¿usted cuales tiene?.