viernes, 24 de junio de 2022

Hojear libros como estilo de vida

Termino, por azares del destino –porque no controlamos nada de lo que nos pasa y la vida es puro caos disfrazado de orden y causalidad–, en La Panamericana.

Cuando entro, una mesa con libros, con un cartel que dice NOVEDADES absorbe toda mi atención.

Siempre suelo ir hacia esa mesa como si tuviera las mejores obras. Cuando estoy al lado veo libros de Rosa Montero, Juan Gabriel Vásquez, Orhan Pamuk y Piedad Bonnet, entre otros autores.

"Oiga y si se compra un libro?", me comenta el comprador compulsivo que llevo por dentro.
"¿Para qué? No tengo previsto comprar libros hoy”.
"¿Cómo que para qué? Porque sí, porque siempre es bueno comprar libros. No se necesita tener una razón."
"Bueno, voy a mirar a ver si me antojo de alguno".

Pienso que, de ser así, ese libro no lo voy a encontrar en la mesa de las novedades, porque lo que realmente importa no suele estar en frente de nuestras narices ni donde los demás miran.

Levanto la mirada y escaneo los otros estantes de del lugar. "Superación personal", "literatura juvenil", "clásicos de la literatura".

Me decido por el último y lo primero que noto es que los libros que tiene son muy gruesos comparados con los que ya he visto. Está el Ulises de Joyce  ¿Cuándo lo voy a leer?, me pregunto, otro de Thomas Mann,  ¿y la montaña mágica qué? y unas obras de teatro.

Trato de imaginar como esos esos escritores escribían obras de gran tamaño a mano. Como leí por ahí, si uno no escribe es porque no quiere.

Empiezo a orbitar por el lugar y vuelvo a mesas que ya he visto, para ver si se me escapó algún título, Creo que  siempre se espera encontrar un libro diseñado exclusivamente para uno, de ahí el afán de comprar libros cada vez que se tenga la oportunidad.

De los parlantes del lugar sale reggaetón y lo acompaña una de esas voces de tarado, como si la persona no supiera pronunciar las palabras.

Al final no encuentro ese libro que le mencioné a mi comprador compulsivo, pero si anoto algunos que me llaman la atención: Volver a dónde, cómo viajar con un salmón, y el gato que amaba los libros.

Ese último título, lo asocio con Firmin de Sam Savage, novela en la que una rata es amante de los libros.

Abandono el lugar sin comprar nada. Juanma: 1 Comprador compulsivo: 0