"Yo tengo un amigo que me ama, me ama, me ama. Yo tengo un amigo que me ama, su nombre es Smart Phone"...
Parafraseo esa canción religiosa no con el ánimo de ofender a alguien, sino para plantearme la siguiente pregunta ¿Por qué nos perdemos en esos aparaticos como si el mundo y el resto de personas no existieran? Ayer estaba en la terraza de un restaurante y me puse a mirar a mi alrededor. Muchas personas que estaban solas, se encontraban ensimismadas tecleando con furia las pantallas de sus teléfonos inteligentes.
Al rato, yo también comencé a hacerlo, ¿Por qué? Creo que la única respuesta posible, es que le tenemos pánico a la soledad, pero no me refiero a no estar en compañía de alguien, sino a estar completamente solos con nuestros pensamientos. Algo completamente entendible con la cantidad de basura e ideas retorcidas que llevamos en las profundidades de la mente, que suelen traducirse en torrentes interminables de dudas y angustias.
el punto, creo yo, es que no dominar el arte de estar solos es uno de los problemas que afectan nuestra percepción y relación con el mundo. Si cada uno intentara entenderse un poco mejor, para llegar a una tregua con eso que tanto detestamos, tal vez no necesitaríamos todos esos gadgets (pendejadas) que son inventados día tras día, cómo nuestro amigo incondicional que, a veces, utilizamos cuando estamos hartos de nuestra compañía.