miércoles, 11 de julio de 2018

Cómo se cuenta un cuento

En la primera semana de la última feria del libro, me dieron un bono con un 20% de descuento para el último día de la feria. Lo guardé sin pensar que lo iba a utilizar, pero el último día del evento, ahí estaba yo de nuevo paseándome por los pabellones y pensando lo mismo de siempre: “¿En qué momento voy a leer todo lo que me falta?"

Utilice el bono para comprarme “Las tres bodas de Manolita”, una novela de Almudena Grandes. Tenía muchas ganas de leer una novela que tuviera que ver con la guerra de España, pues creo que esos ambientes de guerra sacan a flote quiénes somos realmente y que son perfectos para explorar las emociones humanas.

En medio del frenesí de la compra me antojé de otro libro, y luego de mirar la billetera y hacer unas cuentas rápidas, concluí que también podía llevarlo. Cuando fui a pagar a la caja, me dijeron que como me estaba llevando dos libros me iban a dar uno de obsequio. Di las gracias y esperé un rato a que buscaran los libros, pensando que seguro iban a ser bien malos. Al rato la cajera llegó con dos: “Cómo se cuenta un cuento”, un taller de guion de García Márquez y otro que ya no recuerdo cuál era. Me decidí por el primero sin siquiera hojearlo.

Me aburren todos los artículos tipo: “Cómo hacer Inserté aquí cualquier tema, porque a estas alturas de nuestra evolución ya deberíamos saber que eso del paso a paso es una vil mentira, que cuando uno intenta hacer las cosas con cierto orden, llega la vida con su destino, dioses, nuestras malas decisiones, lo que sea, y lo pone todo patas arriba.

Supuse que el libro debió haber sido publicado mucho antes que llegara esa moda tan dañina del “Cómo hacer…” así que imaginé que el libro se iba a alejar de esa línea de escritura simplona. Acerté.

Hace poco lo empecé a leer, y el libro no es un simple manual para escribir cuentos, con reglas y/o estructuras narrativas que se deben seguir al pie de la letra, sino una recopilación de los diálogos, liderados por el escritor colombiano, de los integrantes del taller.

La idea consistía en escribir historias de amor para cortometrajes de media hora. En cada sesión uno de los participantes presentaba un cuento o una idea de cuento resumida y luego se embarcaban en una discusión que solo tenía como fin mejorarlo, anotando los aciertos, qué les parecía que fallaba y posibles mejoras.

La primera historia que revisan se llama “Ladrón de sábado” y la presenta una mujer llamada Consuelo. En pocas palabras trata sobre un hombre que únicamente es ladrón los fines de semana y un día llega a robar una casa, pero se enamora de la mujer que vive ahí y se queda a vivir con ella y Pauli, su hijita.

Hasta ese momento el libro iba bien pero no me había enganchado, pero la forma cómo comienza el capítulo “Primera Jornada” es preciosa:

"Gabo: Bueno, procedamos a destrozar Ladrón de sábado…"