miércoles, 9 de marzo de 2022

Preguntas varias

Martín Cassiani se despierta de un momento a otro. Le extraña cuando eso ocurre después de una noche llena de excesos, en la que el cansancio lo noqueó sobre la cama.

Voltea mirar a su lado derecho y ve la espalda descubierta de Mariana, con su melena negra que parece derramarse sobre ella.

Le gustaría poner en palabras la fuerte atracción que siente hacia esa mujer, ese grado de conexión que les permite, con solo una mirada, saber lo que el otro está pensando.

Podría ser simplista y decir que la ama, ¿pero ¿qué es amar?, se pregunta. Por eso se escuda en la zona segura del “te quiero” que, cree, no lo compromete tanto. Igual ella tampoco ha pronunciado el par de palabras, y nunca le ha reprochado que él no lo haya hecho hasta el momento.

Cassiani siempre había creído que quienes hablaban así acerca de una pareja exageraban o mentían, pero ahora sabe que no es así, que por los menos algunos, como él, dicen la verdad.

Sus encuentros siempre terminan en rounds de sexo salvajes. Pero la fascinación que siente por ella trasciende lo físico, pues no solo le calienta el cuerpo sino también el corazón; es como un laberinto del que nunca espera salir.

Se siente afortunado y en problemas al mismo tiempo.

Mira el reloj y ve que son las dos de la mañana pasadas. ¿Con qué excusa le va a salir ahora a su esposa?

Ahí, acostado en la cama, se pregunta si no será verdad lo que escuchó el otro día en un programa de radio: “los seres humanos no le son fiel a su pareja sino al concepto de fidelidad”, decía una locutora con voz sedosa.

Piensa en Alejandra y sabe que la quiere. ¿Entonces qué es lo que le hace sentir Mariana? ¿No será más fácil dejar la fidelidad de lado y darle rienda suelta al deseo y a esos impulsos de conducta naturales o, más bien, animales?

A veces piensa en acabar la relación con la primera y dedicarse por entero a la segunda, dejar de dividir el amor, ¡pero no!, exclama dentro de su cabeza, a las dos las quiere intensamente.

Quizá, piensa, son amores distintos, pero no cree que uno sea mejor que el otro.

Vuelve a cerrar los ojos a ver si duerme un poco. Siempre ha creído que el sueño tiene la capacidad de reparar las dudas que abundan en su cabeza.