martes, 19 de agosto de 2014

Bien, gracias.

La respuesta más robótica que tenemos para responder un saludo es "Bien, gracias", lo cual considero no está mal, pues detesto el complejo de mártir que muchas veces llevamos a cuestas.  Lo que es más que obvio, es que no siempre estamos "Bien, gracias", pues en ocasiones nos sabe a mierda el mundo y nos sentimos tristes, pero toca guardar esa fachada de bienestar; como si la felicidad tuviera una directa relación proporcional con el Éxito.

El planeta no está bien: Corrupción, guerras, violencia, hambruna, etc. azotan diferentes regiones; mi pregunta es  ¿Será qué por andar contestándo siempre que andamos bien, asumimos que todo lo está?

Deberiamos tener los pantalones suficientes para decir que nos sentimos mal (En tal caso, por favor no considere usted, estimado lector, utilizar esa frase resentida de "No tan bien como usted pero ahí vamos").  La respuesta podría ser entonces "No tan bien" y deberíamos aceptar esta como un código para saber cuando alguien necesita realmente hablar.

Una sincera conversación con alguien puede evitar que la palanca de la demencia, se active involuntariamente en nuestro cerebro.  Creo que no somos conscientes de la cantidad de basura y cosas negativas que llevamos por dentro, y a veces solos no podemos soportarlas.  A la larga estar mal no es grave, lo grave es quedarse patinando en ese sentimiento hasta que nos chiflemos.

“Por lo general vamos por la calle, con un conjunto de
Pequeñas preocupaciones bailando en el interior de la cabeza
Como las cerillas dentro de la caja. A veces si la violencia con
La que se golpean entre sí o contra las paredes es muy grande
Una cerilla o una preocupación se enciende prendiendo
Fuego a todas las demás”
- Juan José Millás -