jueves, 12 de junio de 2014

Pertenencia

La pertenencia, entendiéndose por esta que algo es propiedad de alguien; no me gusta cuando se torna obsesiva. Siento que al decir que algo es de uno, en ocasiones, automáticamente se alza una barrera frente al otro, dándole a entender "mire lo que YO tengo y usted no".

Uno de lo más clásicos sentidos de pertenencia es cuando en las relaciones sentimentales tratamos al otro de MI: Novio(a) Esposo(a), etc.  Ese "MI", más que una palabra de afecto suena a posesión, a trofeo, y anula a la otra persona como ser humano, pues la pareja adquiere, creo yo, el mismo estátus de un objeto: Mi reloj, Mi carro, Mi casa, etc.

Esta pertenencia en las relaciones es tratada en la canción "Drain You", mi canción preferida del Nevermind:

"I don't care what you think
Unless it is about me
It is now my duty to completely drain you

Tal vez esto ocurre porque queremos mostrar a nuestra pareja como un trofeo, restregar ante los ojos de los demás eso que adquirimos y que nos proporciona amor, cariño, sexo, compañia, etc. Y queremos Drenarle todas esas cosas hasta que nos cansemos y cambiémos de posesión (pareja).

Otra frase que tenemos metida en la cabeza es "Mi empresa"; cuando solo la deberían utilizar aquellos que realmente hayan creado una.  De resto somos meros empleados y trabajamos por los intereses de otro, donde lo único nuestro, dado el caso, son las cosas con las que adornamos nuestro puesto de trabajo.

Creo que a la larga no se trata de adquirir más y más cosas, sino con la ayuda de otros, tratar de comprender mejor lo que la vida nos tiene por ofrecer.