viernes, 11 de septiembre de 2015

11:53 p.m

Hace solo unos segundos era esa hora, ahora, aunque suene un poco redundante, ya son las 11:54, datos, me imagino, de poca importancia para usted estimado lector.  El punto es que titulé esta entrada así, porque quería escribir algo hoy,y pues al estar al filo del siguiente día (11:57 p.m ahora) si no le daba cualquier titulo a esta y  la publicaba, los 7 minutos restantes del día no me  habrían alcanzado y, seguramente, me pasaría al siguiente día, tan fácil como pasar la página de un libro.  Ya son las 12;00 a.m del sábado.

El punto es que acabo de llegar a la casa, es decir, llegué a las 11:53 p.m y quería escribir algo, hoy, digo, ayer. Tenía pensado hacerlo ayer, pero a veces las ocupaciones atropellan nuestros planes.  No quería narrar nada en particular, sólo escribir algo.  

Ahora son las 12:04 a.m y pienso que en 6 horas tendré que despertarme.  Ojalá me agarré el sueño rápido, pero como siempre llega un conflicto (también quiero leer) a tirarse los planes,  lo más probable es que agarre el libro, que el sueño me venza y que un golpe del libro mí cara, al ser incapaza de sostenerlom me despierte, y me sienta un poco tarado. Entonces trataré de obligarme a leer un poco más, y mientras lo hago me daré cuenta, que no le estoy poniendo mucha atención a la lectura.  Cerraré el libro, daré media vuelta y nuevamente esperaré a que el sueño logre agarrarme.

Puede entonces que logre dormirme si mis pies no están muy fríos, de ser así, tendré que esperar a que se me calienten para poder hacerlo, yo sé, mañas o manías estúpidas que uno adquiere.  También es posible que tenga los pies muy calientes y me tenga que echar agua helada en ellos.  Una situación de temperatura corporal completamente ambigua, pero ya ve usted , cada quien con sus rituales extraños.

Como tercera opción podría presentarse lo que yo denomino "el cansancio fantasma", dónde uno cree estar cansado, se acuesta para dormir plácidamente y al cabo de una hora uno se encuentra dando vueltas en la cama sin lograr encontrar ninguna posición agradable y lejos de sumergirse en el sueño.

Lea el primer párrafo de esta entrada como si hubiera sido escrito ayer y los restantes como si hubieran sido escritos hoy.  Son las 12:16 a.m, me voy a luchar con mi sueño y la temperatura de mis pies.