“La única tragedia de mi niñez fue que mi madre murió cuando yo tenía catorce años, cosa que, sin duda, me hizo más amargo de lo que antes era, pero hasta los catorce años tuve verdaderamente una infancia de algún modo ideal."
Contaba eso Paul McCartney en una entrevista que le hizo la escritora Rosa Montero en 1989. También dijo que tiempo después, ya adulto, atravesó un periodo muy depresivo,que quizá tuvo algo que ver con el consumo de drogas: “Era un periodo de mi vida muy loco en el que las cosas no parecían tener mucho sentido”.
Una noche en la que se sentía muy mal, tuvo un sueño con su madre en él que ella le decía: “Todo va a salir bien, no te preocupes, todo se va a arreglar.” Después de esa noche escribió Let it be.
¿Y si McCartney no hubiera tenido ese sueño habría escrito de todos modos la canción? Imposible saberlo.
Está claro que musicalmente es un Monstruo creativo, pero independiente del talento que se tenga o no se tenga, es válido recibir esas ayuditas extras, bien provengan del más allá o del más acá.
Me gustaría que algo similar me sucediera que, de repente, un sueño me brindara la clave para escribir una novela, con su premisa, sinopsis, personajes principales y quizá un par de escenas claves materializadas con todo detalle, para poder contarlas tal cual.
El único problema es que no sueño o, mejor, rara vez me acuerdo de lo que sueño. Además, mis sueños rara vez tienen diálogos, sino que consisten en una cámara que sigue a unas personas, a veces con calidad de bultos opacos, que no hablan entre sí. Son sueños muy extraños, como surreales, donde lo que ocurre no tiene mucho sentido y en los que, a veces, las leyes de la física no aplican.