viernes, 10 de enero de 2014

Vejez

Hoy, como para variar, mientras me tomaba un café llego una hija con su papa y se sentaron en la mesa que estaba enfrente a la mía. La señora tenía alrededor de 50 años; supongo entonces que su papá como mínimo tenia 75.

Apenas llegaron note que el señor tiene disminuidas sus capacidades motrices, ya que caminaba dando pequeños pasos y agarrado del brazo de su hija.  Después de permanecer en silencio durante un rato; la hija le mostró y señalo el reloj de su mano y le preguntó, alzando bastante la voz, qué horas eran. Noté la dificultad del señor para leer la hora (no lo culpo, yo mismo a veces no la puedo leer rápidamente) y finalmente dijo, como adivinando, "las 3". La hija lo ánimo a que leyera la hora otra vez,  pues se había equivocado.  Nuevamente y con bastante esfuerzo, el señor dijo tímidamente y en forma de pregunta "¿2?".  La hija lo felicito porque la leyó correctamente.

Después de esto, la entrada de carros a un parqueadero captó toda su atención y cada vez que llegaba uno nuevo lo señalaba y le decía algo a su hija.   ¿En que pensará ese señor constantemente? ¿Como un niño?  ¿ideas de cualquier tipo sin ningún tipo de conexión?  No hay duda alguna de Que todos vamos para allá, pero no es agradable ver como la vida se va apagando cuando envejecemos.

Me imagino que esa fue una de las razones para que  Roger Dlatrey escribiera"I hope I die before I get old" en la canción, My generation.

Mientras me hacía todas esas preguntas, un niño paso caminando de la mano con su papa y se le escapo una bomba inflada con helio. Mientras el niño comenzaba a llorar; seguí con la mirada la bomba hasta que la perdí de vista. De esa forma tan lenta, cadenciosa pero segura como la bomba emprendió su camino al cielo; así deber ser  la manera en que se nos va escapando la vida.