martes, 4 de mayo de 2021

La realidad

Francisco Domínguez trata de habitar más la ficción que la realidad. Vive inventando mundos y contándose historias que a veces rayan en fantasías casi incontrolables. Para hacerlo, considera necesario desconfiar de la realidad, digamos, amputársela.

A veces se pregunta si no debería prestarle más atención a lo real, a su matrimonio, su trabajo, sus hijos, en fin, todo lo que lo rodea, pero cuando intenta interactuar en ese plano, lo siente estropeado, y que las personas solo buscan el conflicto; que si él dice negro, al instante alguien sale a insultarlo y exigirle que debe escoger el blanco; así con todo: ser de izquierda o derecha, norte o sur, frío o caliente, en fin, es como si el mundo viviera inmerso en una constante dicotomía donde solo se permite seleccionar un extremo o el otro.

Hace poco leyó una frase que le caló por completo: “la realidad no es del todo real. Por eso comete tantos excesos para que nos la creamos”.

Cree que ahí está el meollo del asunto, que le prestamos demasiada atención a la realidad y los reveces que nos da. Cree que una de las claves de la vida, si es que existe alguna, es entrar y salir de la realidad deliberadamente; frecuentarla y no habitarla por completo, pues nos puede llevar a la locura, ya que su funcionamiento nunca es el mismo.

Una vez, mientras esperaba ser atendido en un consultorio médico, se puso a hojear una revista “Muy interesante”, un ejemplar viejo con hojas amarillentas y a punto de descuadernarse. Mientras escaneaba las páginas de forma rápida, sus ojos leyeron un titular: “¿Es real lo real?”, y decidió leer el artículo.

Este decía que no hay una realidad como tal, sino que cada humano hace una interpretación de sus vivencias y de lo que ve, una especie de realidad unipersonal

La realidad, amigo, es un espesamiento de la imaginación como 
a voz es un espesamiento del aire."
- Papel mojado