martes, 26 de julio de 2022

La última porción de torta sobre la faz de la tierra

Cuando salgo del edificio comienza a llover. Le estiro la mano a un taxi, pero no me ve o se hace el loco, me inclino más por la segunda opción, pero bueno como dice la canción de los Rolling Stones “you can’t always get what you want”.

“Mojémonos ¿qué más da?”, pienso, así que me pongo la capucha de mi chaqueta cortavientos y comienzo a caminar, al tiempo que a maldecir el clima. Cruzo la calle y en el separador, que es ancho, la gente frena de un momento a otro. 

“¿Pero qué coños hacen? ¿Por qué no siguen caminando?" 

Intento adelantarlos, solo para darme cuenta de que el grupo de personas se detuvo porque la calle está encharcada y a los conductores parece no importarle mojar a las personas.

Comienza a llover más duro, Maldita sea, doy medía vuelta y vuelvo a cruzar la calle, ya con el firme propósito de escampar en una cafetería.

Adentro el lugar está casi desocupado, de no ser por 3 grupos de personas que ocupan mesas. Hago la fila para pedir algo y alcanzo a ver en el mostrador una porción de torta solitaria. Hay 3 personas delante de mí, que no se le ocurra a ninguna pedir esa torta que tiene mi nombre, pero como todo puede torcerse en un segundo, la señora que está adelante la pide. “You can’t always get what you want”.

¡Maldita sea! Exclamo mentalmente, y pienso que es la última porción de torta sobre la faz de la tierra.

Cuando es mi turno le pregunto a la cajera que si no tienen más porciones y saca una entera de una nevera de la parte posterior, “Si, pero solo queda de naranja, concluye”. Asiento con la cabeza y la pido con un capuchino. Luego me siento a leer una entrada del Cuaderno Gris de Josep Pla.  Cuando deja de llover, salgo a buscar transporte.