lunes, 4 de agosto de 2014

Sin fronteras

Siempre he pensado que uno de los fines de la vida es ayudar a las personas, bien sea donando dinero (la más clásica e impersonal de todas), mediante la profesión de cada uno, con  lo que sea que sepamos hacer, dando o recibiendo un par de palabras en el momento adecuado, etc.

La semana pasada vi una entervista que le hicieron a una médica Argentina, perteneciente a la organización "Médicos sin fronteras", sobre el brote de virus Ébola  en África.  La señora, desde  que comenzó la epidemia, ha estado dos veces allá en plena zona roja, ground zero, llámelo como quiera, ayudando a los Africanos a sobrellevar los efectos del virus, pues desafortunadamente una vez se adquiere la posibilidad de muerte es de un 90%.

Me le quito el sombrero profesional y humano a esa señora, ¿Cuántos de nosotros meteríamos las narices por allá, bajo el riego de contraer él mortal virus, incluso si nos ofrecieran una buena suma de dinero? Considero que la verdad muy pocos, y no creo pertenecer a ese grupo de valientes.  Menos mal todavia existe gente que le apuesta a la humanidad y ayudar a los demás, así estos sean unos totales desconocidos.

Aparte de las fronteras territroriales, que dividen países y ciudades, creo que cada uno de nosotros cierra con demasiada frecuencia su frontera humana.  Nos encapsulamos en nuestros pensamientos y teorías y no permitimos que nadie atente en contra de nosotros. 

A pesar de que vivimos rodeados de personas, cada uno es un mundo completamente aislado y diferente, y abrimos nuestras fronteras, con recelo, a muy pocas personas.

 
“You're an interesting species. An interesting mix. 
You're capable of such beautiful dreams, and such horrible
 nightmares. You feel so lost, so cut off, so alone, only you're not. 
See, in all our searching, the only thing we've found that makes 
the emptiness bearable, is each other.”
- Carl Sagan -