En la novela que estoy escribiendo, uno de los personajes se llama Juliette, quien se pinta el pelo de muchos colores. Si usted se la llegara a encontrar, ver su cabeza sería todo un espectáculo visual.
En un aparte tiene la siguiente conversación con Clyda, su mejor amiga:
"–¿Porque te pintas el pelo de tantos colores?–
–Es simple pequeña saltamontes, estoy cansada de que en el mundo todo sea blanco o negro,
bueno o malo, de esta manera o la otra, Yo creo que muchas cosas son un poco de
todo a la vez, pero no tenemos la valentía para aceptarlo.
Por eso quiero que mi pelo sea de mil colores, no quiero que la gente
diga allá va Juliette la Mona, la pelinegra o la pelirroja,
no quiero ser encasillada en un estándar preconcebido, ¿Me entiendes Cly?–"
En algunas ocasiones, al intentar defender nuestro punto de vista, nos blindamos ante cualquier estímulo exterior, porque juramos que nuestra idea es la verdad revelada, que después de eso no hay nada más, y apenas alguien piensa distinto, lo catalogamos de muchas formas; lastimosamente casi siempre tratamos de rebajarlo para que se sienta mal, intentamos hacerle creer que su forma de pensar está errada.
La interpretación que usted le da a un tema, solo hace parte de millones de interpretaciones que le dan otras personas. Por eso creo que es mejor pensar que las diferentes situaciones que se nos presentan día a día son de "muchos colores".