sábado, 1 de abril de 2017

Orden

Ramón Jiménez ha oído decir muchas vece frases como: “primero la primaria”, Primero Lunes que martes, y otras tantas que lo fastidian. Juegos de palabras que disparan ciertas personas con algo de soberbia para indicar un supuesto orden. ¿De qué?, podría decir “de las cosas”, pero detesta reducir a condición de cosa a asuntos y personas.

Ahora que escribe el capítulo XV de su novela, le gustaría poder aplicar una de esas consignas sonsas a su proceso creativo. También le gustaría no ser perezoso y  darle un título a cada capítulo, en vez de un frío y convencional número, un número que apunta a un orden, pero, ¿de qué? vuelve y se pregunta.

Lleva 15 minutos mirando el último párrafo que escribió; en especial la frase que lo cierra: “a punto de romper la masa negra de la falda”.  No tiene idea como continuar el escrito. 

Hace parte de una metáfora sobre Verónica, uno de sus personajes. Si se la encontrara en la vida real seguro la invitaría a salir, pues le parece fascinante. Es una artista exitosa, bonita, tiene buen sentido del humor, y un novio con el que está a punto de casarse.

No le ha contado a nadie, pero a veces le gustaría deshacerse de ese personaje, al que también le puso Ramón. Sabe que los escritos siempre terminan reflejando aspectos de sus autores; a veces imperceptibles pero que siempre están ahí, escondidos tras la tinta y curvas de las vocales y consonantes.

Está vez Ramón decidió no camuflar nada, es decir, le importa muy poco si lo asocian con ese personaje, pues por muy similar que pueda llegar a ser, no es él, es solo un producto de su imaginación, que junto con los otros no es más que otra descarga en el papel. ¿De qué? de sus miedos, seguridades, pasiones, tristezas, de lo que es y no es, de mentiras y verdades. De estas, siempre espera que las últimas sobrepasen a las primeras; sabe que solo son las suyas pero, ¿qué importa si no hay orden en nada, si nada es verdad o mentira absoluta? 

A veces su escritura es como esa masa negra de la falda de Verónica, un bloque compacto y rígido que debe martillar con cuidado para ir desprendiendo las palabras y que estas caigan con cuidado una detrás de la otra o la otra detrás de una, pues ¿qué más da?

 "¿Cuál es nuestra maldita obsesión con el orden?" Le pregunta Ramón a Veronica en el inicio del siguiente párrafo.