lunes, 31 de octubre de 2016

"Amigos"

Hago fila para entrar a un bar y llevo puesto un gorro rastafari.  Los dreadlocks más bien parecen trenzas mal hechas aunque no importa, hace años es mi disfraz comodín para estas ocasiones. Espero a una espantapájaros y una pareja disfrazada de caja de nerds.  

Decido abandonar la fila y le pregunto a un hombre, sin disfraz, dónde compró el tinto que tiene entre sus manos.  "En la bomba" responde.  Camino hacia el sitio para comprarme un capuchino y me cruzo con un hombre con dreadlocks reales.  ¿De qué le gustará disfrazarse? Va con su novia y un grupo de amigos y llevan puestos shorts y camisas ligeras, "Que frío tan berraco, tal vez buscan una playa" pienso. 

Compro mi bebida caliente y me devuelvo a hacer fila. Al poco tiempo llegan un hombre y una mujer; continúan una conversación que, imagino, comenzó en el taxi que los trajo.  No están disfrazados o, por lo menos, eso parece.  Hablan sobre anécdotas en las que ambos participaron o  tienen conocimiento.

Se tratan de "usted" y "marica".  Los observo disimuladamente por un rato, hasta que un hombre, bajo el efecto de quién sabe que sustancia,  se pone a alegar con un ser imaginario que solo él ve.  Lo insulta repetidas veces, siempre con la misma frase:  "Lo voy a mandar a pelar hijueputa".  

Retorno mi atención a la pareja, siguen hablando y riendo. Parece que miden cada frase que enuncian al igual que sus gestos.  Quizás desde hace tiempo se gustan y ninguno quiere dar ese primer paso  para dejar en evidencia sus sentimientos.  

Quieren continuar con el apacible y cómodo  título de "amigos".